Según su testimonio, la mascota ingresó al lugar durante la madrugada del domingo “con dificultad para respirar”, pero sin antecedentes de enfermedades graves, y falleció horas después en circunstancias que la familia considera irregulares.

La dueña del animal relató que, al llegar al establecimiento a las 3 de la mañana, los veterinarios diagnosticaron la presencia de líquido fuera del pulmón y decidieron dejar a la gata internada. “A las 11 de la mañana me dijeron que le habían hecho una punción, y a las 5 de la tarde me aseguraron que estaba bien. Incluso me dijeron que iban a seguir evaluándola”, contó.

Sin embargo, al regresar al lugar al día siguiente, otra profesional le informó que el cuadro de Hurrem se había agravado. “Minutos después me llamaron para decirme que había muerto. Cuando fui a buscarla, me la entregaron en una bolsa”, denunció la mujer, quien afirmó además que la mascota presentaba golpes y dos dientes rotos.

Consternada por lo ocurrido, la dueña exige explicaciones al establecimiento y advierte a otros vecinos sobre la atención que recibió. “Era una gata joven, sana y cuidada. Me la entregaron muerta sin darme respuestas”, expresó entre lágrimas.

Hasta el momento, la veterinaria no emitió un comunicado oficial sobre lo sucedido. La familia evalúa presentar una denuncia formal ante el Colegio de Veterinarios de la provincia y busca testigos o casos similares.

Los dueños del lugar son Ezequiel Gallo y Agustín Gardinetti.