Según denuncian las familias, cada día se desprenden nuevos fragmentos del techo, lo que representa un grave riesgo para los niños y el personal educativo. Pese a esta situación, las clases continúan con normalidad y, como medida de contingencia, se modificó el ingreso de los niños por el patio, mientras se espera una inspección prometida por el Consejo Escolar que nunca se concretó.

“Las paredes están rajadas, se cayó parte del techo en la entrada y todavía no vino nadie a ver qué pasa. Nos dicen que tenemos que seguir esperando, pero ¿qué están esperando ellos? ¿Que le caiga un pedazo de techo encima a los chicos?”, expresaron con indignación algunos padres, quienes también compartieron fotos del deterioro del edificio.

En ese marco se exigen respuestas urgentes y medidas concretas para garantizar la seguridad de los niños y docentes, que asisten diariamente al jardín en medio de la preocupación por el estado estructural del edificio.

Vecinos y familias afectadas planean realizar una presentación formal ante las autoridades municipales y provinciales si no se reciben respuestas inmediatas.