Hasta el momento, los responsables de los asaltos continúan sin ser detenidos, mientras los damnificados exigen mayor seguridad y acción policial.
 

Robos violentos y reiterados

El primero de los asaltos registrados ocurrió el pasado 15 de febrero en la sucursal ubicada en la intersección de las calles 11 y 43. A la medianoche, delincuentes ingresaron al local, redujeron al empleado y lo encerraron en el baño. Posteriormente, rompieron la caja fuerte y se llevaron todo el dinero disponible.

Apenas mes y medio después, el miércoles 2 de abril, la misma sucursal sufrió otro violento atraco. En esta ocasión, los ladrones actuaron a mano armada, amenazando a dos clientes y a los empleados del lugar. 

Según testigos, los implicados circulaban en una moto blanca y su accionar quedó registrado por las cámaras de vigilancia, aunque aún no han sido identificados ni detenidos.

Otro hecho delictivo ocurrió el lunes 31 de marzo por la noche en otra sucursal de Grido, situada en Avenida 520 entre 9 y 10. En este caso, los delincuentes se llevaron dinero en efectivo, una balanza y mercadería, afectando gravemente el funcionamiento del comercio.

Preocupación y reclamos de los comerciantes

Los comerciantes de la zona se muestran alarmados ante la creciente inseguridad y la falta de respuestas de las autoridades. “Los robos son tan rápidos que no alcanza a llegar nadie… ¿Qué tenemos que hacer?”, se preguntan con indignación. Uno de los damnificados expresó su frustración: “Que nos escuchen es la única esperanza para que la policía tome control de la situación”.

Mientras los robos continúan, los comerciantes exigen un refuerzo en la seguridad y medidas concretas para prevenir nuevos ataques. La incertidumbre crece en la ciudad, y la comunidad sigue a la espera de una respuesta efectiva por parte de las autoridades.