Según relataron, cada vez que llueve deben atravesar serias complicaciones debido al barro que se acumula en los 70 metros de la cuadra, lo que impide que los niños puedan concurrir a la escuela y que los vecinos desarrollen sus actividades cotidianas con normalidad.

“Estamos a solo cuatro cuadras de la rotonda de 32 y a cuatro de la bajada de 520, y sin embargo vivimos como si estuviéramos olvidados”, señalaron los frentistas, quienes remarcaron las dificultades incluso para sacar los residuos.

Además, los habitantes subrayaron la paradoja de convivir con este escenario de abandono mientras, en la misma zona, se levanta la reconocida y lujosa “Casa Justina”.

La comunidad aseguró que ha tocado “todas las puertas posibles”, acercando sus reclamos a distintas entidades públicas sin obtener soluciones. Entre las principales demandas mencionaron la necesidad urgente de pavimentación, tendido eléctrico adecuado, recolección de residuos regular y mejoras en los servicios básicos.

“Estamos cansados de vivir en estas condiciones. Necesitamos respuestas concretas”, concluyeron los vecinos, que adelantaron que seguirán visibilizando la situación hasta obtener una solución definitiva.