La psicología del juego online: esto es lo que pasa en el cerebro al ganar o perder
El circuito de recompensa de nuestra mente

Un simple juego a través de una pantalla puede generar una montaña de emociones, pero aún más interesante es todo lo que sucede en nuestra mente. pues existe una combinación de química y neurología que hace que una actividad simple como la lotería o tan sofisticada como la de los top casinos online se convierta en una experiencia cautivadora.
El circuito de recompensa
La dopamina, popularmente conocida como la molécula del placer, es la responsable de todo. Sin embargo, la ciencia ha logrado demostrar que el papel de esta va más allá de ser una molécula de la motivación y la anticipación.
Tal parece que su liberación más intensa no ocurre cuando recibimos una recompensa, sino en los momentos previos, cuando nuestro cerebro se enfoca en la posibilidad de obtenerla.
Este es el impulso que nos lleva a la acción, la química que nos hace sentir vivos y comprometidos con un objetivo. Y claro, los sonidos, los gráficos y el propio suspenso de los juegos actuales lo saben, y todo esto trabaja en conjunto para amplificar las sensaciones de esa fase de expectativa.
El atractivo de lo incierto
Si hay algo que le gusta a nuestro cerebro es predecir cosas; le encanta analizar patrones y anticipar lo que vendrá después. Es precisamente por ello que una recompensa garantizada a menudo resulta menos atractiva que una incierta.
El misterio y la imprevisibilidad son los aspectos que realmente capturan nuestra atención. Este principio se conoce como refuerzo intermitente, y es uno de los mecanismos de aprendizaje más potentes.
Cuando una recompensa llega en intervalos impredecibles, nuestro cerebro se mantiene más alerta, ya que intenta descifrar cuándo llegará el próximo estímulo positivo.
La reacción neurológica al resultado
Al ganar, como ya sabemos, se produce una agradable descarga de dopamina que refuerza la conducta y crea una asociación positiva, generando esa sensación de logro tan característica y adictiva.
Por el contrario, la reacción ante un resultado no favorable es igual de interesante desde el punto de vista neurológico, pero funciona de forma completamente diferente. El cerebro, ante una experiencia que no cumple con la expectativa, nos incentiva a buscar una nueva oportunidad para que podamos satisfacer la demanda de refuerzo positivo.
Es un mecanismo natural de búsqueda y es el equilibrio que nos motiva a intentarlo de nuevo para cambiar el resultado de la experiencia.
Los atajos del cerebro
El mundo es sumamente complejo, en todos sus sentidos, y el cerebro necesita procesar cantidades colosales de información de forma eficiente, y para ello utiliza algunos atajos mentales que, en realidad, son sesgos cognitivos.
Una de ellas es la ilusión de control, y básicamente es la tendencia de creer que podemos influir en eventos que son puramente aleatorios. De aquí surgen muchas supersticiones.
Otra de las más importantes es la falacia del jugador, y es crucial porque puede hacernos tener varios dolores de cabeza –o de bolsillo, mejor dicho–, pues consiste en pensar que eventos pasados afectan a los futuros.
Por ejemplo, si un color ha salido muchas veces seguidas en la ruleta, el cerebro tiende a creer que el color opuesto está "destinado" a salir, aunque la probabilidad siga siendo la misma en cada giro. Esto puede llevarnos a, ante una racha de pérdidas, seguir apostando porque creemos saber cuál será el próximo resultado, lo que termina haciendo que perdamos mucho más dinero del que ya hemos perdido.
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que estos procesos no son fallos en sí mismos, porque en realidad son una de las muchas formas que tiene nuestra mente de darle sentido y orden al mundo.